Hace un tiempo atrás, cuando estaba terminando mi primer año de universidad, pasó algo que me dejo deprimida. Como en el mes de Octubre de ese año, terminé mi primer pololeo y unas de las relaciones más largas y estables que tuve. Mi pololo iba terminado conmigo, después de tres año relación, de seis meses estar terminando y volviendo, después de que pensé que iba ser para siempre, y de que mi compañero de “juventud” (más que juventud de adolescencia) era el hombre que se iba a convertir en mi esposo, me terminó. lunes, 22 de junio de 2009
Un gran Chico
Hace un tiempo atrás, cuando estaba terminando mi primer año de universidad, pasó algo que me dejo deprimida. Como en el mes de Octubre de ese año, terminé mi primer pololeo y unas de las relaciones más largas y estables que tuve. Mi pololo iba terminado conmigo, después de tres año relación, de seis meses estar terminando y volviendo, después de que pensé que iba ser para siempre, y de que mi compañero de “juventud” (más que juventud de adolescencia) era el hombre que se iba a convertir en mi esposo, me terminó. martes, 9 de junio de 2009
Si tú no bailas conmigo...
domingo, 7 de junio de 2009
Piovverà dentro a l'alta fantasía
Como segunda contribuyente femenina debo confesar lo mucho que me costó escribir algo. Debe ser por sentirme como la “Tía Daniela” después de su desilusión, o sea sin sentimientos, sin embargo con el paso de los días me he dado cuenta que lo que realmente sucedía era lo contrario…
“Era tan sabia que ningún hombre quería meterse con ella…por más que fuera hermosa como la virgen del Rosario. Daba temor quererla porque algo había en su inteligencia que sugería siempre un desprecio por el sexo opuesto y sus confusiones” (La tía Daniela, Angeles Mastretta)
Con este cuento no puedo dejar de pensar en la farándula canuta de la iglesia donde crecí, cuando supe que me encontraba en una especie de cuadro de honor que si se le pudiese titular sería: NO TOCAR, PRINCESAS BELLAS Y VIRTUOSAS APARTADAS SÓLO PARA MATRIMONIO …ja!, no pude evitar sonrojarme un poco, en esos tiempos mucho más tímida que ahora, me parecía un tema vergonzoso, pero el hecho de tener una facilidad enorme de tener amigos varones, me permitía enterarme de este tipo de cosas sin ni siquiera preguntar, no existía una diferencia entre encontrarme en medio de un grupo de Tobi o que alguno procurara ponerme al día… niñitos, sus palabras fluían como sapitos en el agua de un pozo de mis tierras.
¿Y ahora qué? Se imaginan lo gracioso que fue vivir 17 años de mi vida con esa etiqueta… donde por más o menos que me gustara un personaje o yo le gustara a él (también me enteraba de esas cosas… ciudad chica, infierno grande) no existía posibilidad de desmarcarme…
La verdad, esto lo considero tremendamente mágico, ya que siempre me propuse ser un regalo… jajaja ¿cómo un regalo? Un pequeño obsequio para aquel príncipe azul (para “él” no por ser perfecto, sino que por ser azul) evitando tener historias cuáticamente amorosas, y así ceder mi inexperiencia a ese tipo especial, que claramente al aparecer provocará una lluvia de challa azul, un sonido de hojas secas, una sensación de guatita al aire, un dormir tranquila, un estudiar sin interrupciones, una mediana preocupación por su vida y realmente la detención del tiempo por un instante. Estoy segura de que no me ocurrirá lo mismo que a
Cuando suceda esto, puede que agradezca el hecho de no sentirme tan sancarlina como antes, contentándome por la desilusión de los muchachos que nos agrupan en mujeres de AHORA o para FUTURO…jajajaja
Discúlpenme por no poder dejar de ser un poco romántica!!! , mezclando lo fantástico, irónico y soñador, pero no quise empezar a escribir con pesimismo…jajajaja aunque supongo se vienen historias malas (que triste!!!... pero para esto es el blog) que harán comprender el porque me parece aburrido sancarlitros ahora que me rehabilité de esa situación amorosa de años… cha na na na!!! Eso queda en suspenso para una próxima visita que haga por acá.
lunes, 1 de junio de 2009
Maldita Candy
Uuuuhh, el amor, que tema más bonitamente-complicado.
Para mi, (como contribuyente femenino del blogk) costó encarrilarme en este aspecto, por varios factores que no detallaré ahora, pero que al fin y al cabo se transformaron en verdaderas limitantes.
Recuerdo que iba en séptimo básico cuando apareció. Debía una prueba y mi profe se la tomaría en mi curso, en mi sala, en mi fila, dos puestos delante mio. Nunca lo había visto, ni en los pasillos, ni el kiosko, ni en el recreo, ni en los actos, ni en ningún lugar o evento de mi colegio.
Esa fue la primera vez que me gustó alguien. Era raro lo que sentía, porque por una parte era tan bonita esa sensación (tan bullada) de las maripositas, del ruborizante-rojo en tus mejillas, y por otra no quería sentirlo, ya que tenía hasta ese minuto una promesa conmigo misma de nunca ceder en ese aspecto, que nunca debía pololear, por una autoconcepción muy negativa del género masculino (que tampoco detallaré el por qué) ... En fin, fue más fuerte que yo.
No tenía idea como se llamaba, así que lo denominé de varias maneras. Me parecía graciosa su manera de caminar, me gustaba como se expresaba, intuía que como yo también era muy tímido. Era de agradable parecer, por lo cual imaginaba que tenía detrás suyo a todo el lolerío. Era tan parecido al Terry de Candy o al Celly de Angel la niña de las flores ... he ahí el problema.
Como no tenía un patrón, una experiencia de referencia, pensé que todos los niños iban a actuar como estos protagonistas del animé japonés, con todo el sentido romanticón y caballerístico que esas series proponían. Error.
Fue complicado romper con esa estructura que uno se arma de los chiquillos, creo que a varias lolitas de mi generación les pasa lo mismo, tenemos súper arraigada la imagen del príncipe azul, el que no se equivoca, que siempre es caballero, que por nada del mundo te haría daño... cosa que se derrumba cuando comienzas una relación amorosa, en donde te das cuenta que los chiquillos si se equivocan (igual que tú), que no son súper-hombres y que les cuesta ser caballeros.
Por eso Candy: ¡BUUUUH para ti! por formar en nosotras esa concepción tan errada de la humanidad varonil.
Edward Cullen no existe.