lunes, 22 de junio de 2009

Un gran Chico

Hace un tiempo atrás, cuando estaba terminando mi primer año de universidad, pasó algo que me dejo deprimida. Como en el mes de Octubre de ese año, terminé mi primer pololeo y unas de las relaciones más largas y estables que tuve. Mi pololo iba terminado conmigo, después de tres año relación, de seis meses estar terminando y volviendo, después de que pensé que iba ser para siempre, y de que mi compañero de “juventud” (más que juventud de adolescencia) era el hombre que se iba a convertir en mi esposo, me terminó.
Lloré un tanto, pero no me convencí, me hice la idea que íbamos a volver, que él iba reflexionar y que realmente se iba dar cuenta que ninguna mujer en este mundo lo iba a querer más que yo, porque lo primero que le dije a él, “es que nadie en este mundo te podría querer más que yo”, fue mi primera reacción, cuando él me dijo que ya no debíamos continuar. Él, un año antes me iba dicho que nos casáramos, y rápidamente le dije que si, pero cuando tuviera 25 años o sea habría que esperar seis años más. El interés de él era que formáramos una familia, y a veces hasta el día de hoy, en los momentos de soledad, pienso que debí haberle dicho que sí. Él definitivamente no quería esperar seis años, y yo entre a la Universidad, eso empeoró los planes de ambos para que nuestro amor creciera (ese fue su argumento)
Lamenté mucho haberle dicho que esperáramos, pero a pesar de lo enamorada que estuve de él, no había paz en mi corazón con la palabra matrimonio, (pensar en centrar mi vida en casa e hijos), me daba mucho miedo, porque ni siquiera quería ser madre, no quería tener hijos de él, fue algo que él nunca me provocó, sólo quería que fuéramos los dos, pero él quería casa, estabilidad, hijos y no sólo mi amor y devoción.
Fue algo impactante nuestro romanticismo, lo pasamos muy bien, tuvimos tantos momentos gratos de compañerismo, de solo recordar, me viene una alegría.
En ese mes de Octubre pensé que iba perdido a mi gran amor, perdí mi primer amor. Fue una tremenda pena.
Mis amigos de la U, me acompañaron en ese doloroso proceso, no lloré tanto como otras veces, pero estuve nostálgica, creí que nadie más me iba a querer como él lo hizo y que la pena de la separación iba ser temporal, finalmente yo me auto convencí que volvería, y nunca fue, al cabo de dos meses empezó a salir con otra niña, cuando supe lo de la niña supe que fue el final y me fui.
La historia se ve triste, pero hay algo que me dio una esperanza y un aliento, en el mes de Noviembre de ese año. Fui a una reunión de músicos (en ese tiempo tenía un amigo músico) a una especie de café concert, ahí, se atravesó un muchacho rubio de ojos azules, con una voz al estilo chico ABC1, que me queda mirando, me saluda, y se larga a reír de la forma como comía, se ríe de mis chistes, y las tonteras que hablo, yo lo encontré atractivo. Me acuerdo, que yo fui siguiendo a mi amigo el músico, y el chico rubio me grita desde un pasillo, oye mándame tu msn!!!, yo se lo grite, y el me dijo: te conectas hoy???... si en la noche, respondí. (era día viernes). Ese día, me conecte al MSN, el me agrego y me dijo que parecía una muñeca, y después no dejo de llamarme muñeca. Yo le dije que lo encontraba atractivo, ese vienes en la noche, debo confesar que no dejaba de pensar en mi ex, no lo olvidaba y esas noches solitarias eran muy malditas, pero a través del MSN, mi pena se aliviaba un poco y dejaba de pensar por un instante en el loco que me patio. El chico rubio, me pregunto dónde vivía, yo le dije mi dirección (una tonta idea), y en 30 minutos estaba en mi casa con su auto, dimos una vuelta caminando por Gran avenida y le conté que había terminado, el me dijo: -que se notaba mi pena pero que no me preocupará que iba a pasar, me abrazó, y me besó.
Bueno, a la semana tenía al hombre perfecto en mis manos y loco por mi, rubio, ABC1, con auto, músico, chico puc, cristiano, etc…. Me invitó al cine a ver una película, justo el día en que fui a tomar ramos a la escuela de Bibliotecología, él estuvo hablando con mis profesores de a U, y creó que desde ahí que la directora de la escuela me agarró buena. Fuimos al cine a ver la película “Un Gran Chico”, me dí cuenta que él se sintió identificado con la película, porque después quedó triste, (esa tarde no me beso), pero al otro día me invitó almorzar, ahí le dije que no quería seguir, que estaba todavía con una pena en el corazón, y que no me sentía bien con él, (sentía que él no merecía que lo utilizará para olvidar a otro).
Con el chico rubio, nos hicimos amigos, (con el tiempo) aunque siempre hubo algo extraño, hasta que por otro problema, nos separamos, pero al final él encontró a la mujer de su vida, mi ex se separó de la niña, la dejó con tres hijos y ahora convive con una niña de diez años menor.
Ahora con el efecto de la madurez, la imagen del chico rubio es más potente que la de mi ex, porque él me hizo tomar una buena decisión, me respetó, todos los momentos que me entregó, lo hizo con cariño y con honestidad, no espero nada a cambio más que mi compañía y mis chistes tontos, él chico rubio tuvo muchas pololas y yo también tuve muchos pololos, me enamoré otra vez, pero el recuerdo del chico rubio tuvo un efecto sanador, su amistad y su compresión, lo hicieron así. A pesar de los errores que cometimos, por la inmadurez, lo recuerdo como alguien que me liberó de muchas cosas; prejuicios y miedos que me hicieron levantarme de la pena, a tiempo pero a pesar de eso, comprendí que sólo dependiendo de Dios podría realmente sanar ese recuerdo y eso lo debía hacer sola.
Y los momentos gratos que viví con él fue una etapa que la considero simplemente como una bendición y cada vez que veo “Un gran Chico” protagonizada por Hung Grant… lo recuerdo con una sensación de gozo y libertad... por eso que está pelicula es una de mis favoritas.
pd: algunos hechos y personajes fueron modificado para cubrir la identidad....

martes, 9 de junio de 2009

Si tú no bailas conmigo...

A esa niña no me la podía sacar de la cabeza, no podía. Esperaba que llegase el próximo día para poder verle, era muy linda, como ninguna otra que haya visto antes, porque ninguna otra me llamó la atención como ella. Me costó tanto aceptar que me gustaba, que estaba enamorado (si estaba idiotizado), que no le alcancé a decir lo que me hacía sentir. Fuí un tonto. El problema surgió cuando al otro año ella ya no estaba en el mismo colegio, se había ido. Eso me entristeció mucho, me traumó esa situación. En verdad fué horrible, pasé mucho tiempo con eso en la cabeza, pero aún así tuve la esperanza de encontrarla algún día. A veces piensan que sólo las niñas son soñadoras, a mi también me pasó, pero con un sueño que se hacía realidad en ella. Es como si ella fuese la mujer de mis sueños, pero sin que siquiera la hubiese imaginado, algo impresionante, pero cierto. Para quitarme el trauma traté de conocer a otras niñas (más no bíblicamente, jaja), aunque no dió mucho resultado en ganar alguna relación, aminoró un poco el efecto post-trauma. Pasó tiempo hasta que conocí a una niña que me gustó. No sé por qué conbozco niñas cuando no ando con ánimo de conocerles realmente, me pilla de improviso. La cosa es que me carga bailar, pero con ella la cosa es diferente: ella me hace bailar, me enseña por último, como para que la acompañe, para que esté con ella. Esos momentos son mágicos y románticos (como diría una buena amiga por ahí, jaja), es por eso que estoy aquí, porque la recuerdo con cariño y me dió alegría de compartir algo que cuando era muy pequeño disfrutaba, pero que ya no lo hago si no es con ella.

domingo, 7 de junio de 2009

Piovverà dentro a l'alta fantasía

Como segunda contribuyente femenina debo confesar lo mucho que me costó escribir algo. Debe ser por sentirme como la “Tía Daniela” después de su desilusión, o sea sin sentimientos, sin embargo con el paso de los días me he dado cuenta que lo que realmente sucedía era lo contrario…

“Era tan sabia que ningún hombre quería meterse con ella…por más que fuera hermosa como la virgen del Rosario. Daba temor quererla porque algo había en su inteligencia que sugería siempre un desprecio por el sexo opuesto y sus confusiones” (La tía Daniela, Angeles Mastretta)

Con este cuento no puedo dejar de pensar en la farándula canuta de la iglesia donde crecí, cuando supe que me encontraba en una especie de cuadro de honor que si se le pudiese titular sería: NO TOCAR, PRINCESAS BELLAS Y VIRTUOSAS APARTADAS SÓLO PARA MATRIMONIO …ja!, no pude evitar sonrojarme un poco, en esos tiempos mucho más tímida que ahora, me parecía un tema vergonzoso, pero el hecho de tener una facilidad enorme de tener amigos varones, me permitía enterarme de este tipo de cosas sin ni siquiera preguntar, no existía una diferencia entre encontrarme en medio de un grupo de Tobi o que alguno procurara ponerme al día… niñitos, sus palabras fluían como sapitos en el agua de un pozo de mis tierras.

¿Y ahora qué? Se imaginan lo gracioso que fue vivir 17 años de mi vida con esa etiqueta… donde por más o menos que me gustara un personaje o yo le gustara a él (también me enteraba de esas cosas… ciudad chica, infierno grande) no existía posibilidad de desmarcarme…

La verdad, esto lo considero tremendamente mágico, ya que siempre me propuse ser un regalo… jajaja ¿cómo un regalo? Un pequeño obsequio para aquel príncipe azul (para “él” no por ser perfecto, sino que por ser azul) evitando tener historias cuáticamente amorosas, y así ceder mi inexperiencia a ese tipo especial, que claramente al aparecer provocará una lluvia de challa azul, un sonido de hojas secas, una sensación de guatita al aire, un dormir tranquila, un estudiar sin interrupciones, una mediana preocupación por su vida y realmente la detención del tiempo por un instante. Estoy segura de que no me ocurrirá lo mismo que a la Tía Daniela (aunque nos parezcamos un poco).

Cuando suceda esto, puede que agradezca el hecho de no sentirme tan sancarlina como antes, contentándome por la desilusión de los muchachos que nos agrupan en mujeres de AHORA o para FUTURO…jajajaja

Discúlpenme por no poder dejar de ser un poco romántica!!! , mezclando lo fantástico, irónico y soñador, pero no quise empezar a escribir con pesimismo…jajajaja aunque supongo se vienen historias malas (que triste!!!... pero para esto es el blog) que harán comprender el porque me parece aburrido sancarlitros ahora que me rehabilité de esa situación amorosa de años… cha na na na!!! Eso queda en suspenso para una próxima visita que haga por acá.

Por ahora un gran abucheo para la gente poco romántica y un VIVA!!!!!! Para los que vemos lluvia fantástica de challa azul cuando nos sentimos “enamorados”.

lunes, 1 de junio de 2009

Maldita Candy

Uuuuhh, el amor, que tema más bonitamente-complicado. Para mi, (como contribuyente femenino del blogk) costó encarrilarme en este aspecto, por varios factores que no detallaré ahora, pero que al fin y al cabo se transformaron en verdaderas limitantes. Recuerdo que iba en séptimo básico cuando apareció. Debía una prueba y mi profe se la tomaría en mi curso, en mi sala, en mi fila, dos puestos delante mio. Nunca lo había visto, ni en los pasillos, ni el kiosko, ni en el recreo, ni en los actos, ni en ningún lugar o evento de mi colegio. Esa fue la primera vez que me gustó alguien. Era raro lo que sentía, porque por una parte era tan bonita esa sensación (tan bullada) de las maripositas, del ruborizante-rojo en tus mejillas, y por otra no quería sentirlo, ya que tenía hasta ese minuto una promesa conmigo misma de nunca ceder en ese aspecto, que nunca debía pololear, por una autoconcepción muy negativa del género masculino (que tampoco detallaré el por qué) ... En fin, fue más fuerte que yo. No tenía idea como se llamaba, así que lo denominé de varias maneras. Me parecía graciosa su manera de caminar, me gustaba como se expresaba, intuía que como yo también era muy tímido. Era de agradable parecer, por lo cual imaginaba que tenía detrás suyo a todo el lolerío. Era tan parecido al Terry de Candy o al Celly de Angel la niña de las flores ... he ahí el problema. Como no tenía un patrón, una experiencia de referencia, pensé que todos los niños iban a actuar como estos protagonistas del animé japonés, con todo el sentido romanticón y caballerístico que esas series proponían. Error. Fue complicado romper con esa estructura que uno se arma de los chiquillos, creo que a varias lolitas de mi generación les pasa lo mismo, tenemos súper arraigada la imagen del príncipe azul, el que no se equivoca, que siempre es caballero, que por nada del mundo te haría daño... cosa que se derrumba cuando comienzas una relación amorosa, en donde te das cuenta que los chiquillos si se equivocan (igual que tú), que no son súper-hombres y que les cuesta ser caballeros. Por eso Candy: ¡BUUUUH para ti! por formar en nosotras esa concepción tan errada de la humanidad varonil. Edward Cullen no existe.